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Qué hacer si Magnesium interrumpe tu patrón de sueño
El magnesio es un mineral esencial para nuestro cuerpo, ya que juega un papel importante en diversas funciones, como la contracción muscular, la producción de energía y la salud ósea. Sin embargo, en los últimos años, se ha popularizado su uso como suplemento para mejorar el sueño y combatir el insomnio. Aunque puede ser beneficioso para algunas personas, para otras puede tener el efecto contrario y alterar su patrón de sueño. En este artículo, exploraremos qué hacer si el magnesio interrumpe tu patrón de sueño y cómo manejar esta situación de manera efectiva.
¿Cómo afecta el magnesio al sueño?
Antes de abordar qué hacer si el magnesio interrumpe tu patrón de sueño, es importante entender cómo este mineral puede afectar nuestro descanso. El magnesio es un cofactor en la producción de melatonina, la hormona responsable de regular nuestro ciclo de sueño-vigilia. Además, también ayuda a relajar los músculos y a reducir la ansiedad, lo que puede contribuir a un sueño más profundo y reparador.
Por lo tanto, en teoría, el magnesio debería ser beneficioso para mejorar la calidad del sueño. Sin embargo, algunos estudios han demostrado que altas dosis de magnesio pueden tener un efecto estimulante en el sistema nervioso central, lo que puede resultar en dificultades para conciliar el sueño o despertares nocturnos. Además, la forma en que se consume el magnesio también puede influir en su efecto sobre el sueño.
¿Qué hacer si el magnesio interrumpe tu patrón de sueño?
Si has experimentado dificultades para dormir después de tomar suplementos de magnesio, es importante que consultes con un profesional de la salud antes de tomar cualquier medida. Pueden ser varias las razones por las que el magnesio está afectando tu sueño, y es importante determinar la causa exacta antes de tomar cualquier acción.
Una de las primeras cosas que puedes hacer es revisar la dosis de magnesio que estás tomando. Aunque la dosis recomendada puede variar según la edad y la condición de cada persona, generalmente se recomienda una dosis diaria de 400-420 mg para adultos. Si estás tomando una dosis más alta, es posible que estés experimentando los efectos estimulantes del magnesio en lugar de sus efectos relajantes.
Otra opción es cambiar la forma en que consumes el magnesio. Los suplementos de magnesio vienen en diferentes formas, como citrato, óxido, glicinato, entre otros. Cada forma tiene una biodisponibilidad diferente, lo que significa que nuestro cuerpo puede absorber y utilizar el magnesio de manera diferente. Por ejemplo, el citrato de magnesio se absorbe mejor que el óxido de magnesio, por lo que puede ser una mejor opción para aquellos que experimentan problemas para dormir.
También es importante tener en cuenta el momento en que tomas el suplemento de magnesio. Algunas personas pueden experimentar dificultades para dormir si toman el suplemento demasiado cerca de la hora de acostarse. Se recomienda tomarlo al menos una hora antes de dormir para permitir que el cuerpo lo absorba y utilice adecuadamente.
Conclusión
En resumen, el magnesio puede ser un suplemento beneficioso para mejorar la calidad del sueño, pero no es una solución universal. Si experimentas dificultades para dormir después de tomar suplementos de magnesio, es importante que consultes con un profesional de la salud para determinar la causa exacta y tomar medidas adecuadas. Puede ser necesario ajustar la dosis, cambiar la forma de consumo o el momento en que se toma el suplemento. Recuerda siempre seguir las recomendaciones de un profesional y no automedicarte. Con la orientación adecuada, podrás encontrar la forma de utilizar el magnesio de manera efectiva para mejorar tu sueño y tu salud en general.
Imágenes:
Fuentes:
Abbasi, B., Kimiagar, M., Sadeghniiat, K., Shirazi, M. M., Hedayati, M., & Rashidkhani, B. (2012). The effect of magnesium supplementation on primary insomnia in elderly: A double-blind placebo-controlled clinical trial. Journal of research in medical sciences : the official journal of Isfahan University of Medical Sciences, 17(12), 1161–1169.
Chollet, D., Franken, P., Raffin, Y., Malafosse, A., & Tafti, M. (2001